El auditor debe anticiparse a las objeciones (oposiciones), para que en el momento de su formulación pueda:
Ampliar el debate del asunto
El objetivo no es vencer sino conocer
Establecer un clima de transparencia
El interlocutor se valoriza y la objeción se minimiza
Reduciendo el grado de dramatización de la objeción
Buscando la fundamentación de la misma